sábado, 11 de agosto de 2007

Si me das a elegir, me quedo contigo

robado de www.deniasol.com

Hacía años que no los veía. Dejamos de vernos a menudo porque su relación de pareja, aunque ellos insistían que era felices, me resultaba incómoda. Discusiones en público, voces, malas caras, desprecios y desdénes. No sé como lo han hecho, pero es evidente que económicamente les ha ido muy bien. Tienen algo que no es una casa. A esos tamaños ya se les llama mansión.
La cocinera peruana nos preparó una comida excelente. En su país trabajaba en un restaurante. Y la cocina peruana tiene fama.
Una vez allí algo me sorprendía, y no me daba cuenta de qué era. Con el café me vinieron las primeras sospechas. Y con una excusa absurda me levanté y me fui a repasar las muchas habitaciones de Falcon Crest.
Una cocina, espectacular, de esas con los fogones en el centro. Su dormitorio, de 60 metros. Con un vestidor que yo no llenaría ni con toda la ropa que compre a lo largo de toda mi vida. Los cuartos de los niños, que con los años habían dejado de ser odiosos y ya no hacían ruido, ni brillaban sus miradas. El cuarto de los juegos para los niños. Los despachos para trabajar en casa. Las habitaciones del servicio, otro segundo comedor.
Y el cuarto de estar. Esto son palabras mayores. El último modelo de Bang & Olufsen, sofás ... cuatro. En las paredes colgados originales de artistas jóvenes y prometedores. Algún clásico firmado también vi.
Por muchas vueltas que diera a la casa, sabía que le pasaba lo mismo que a las de la mayoría de mis conocidos. Pobres y ricos, no hay diferencias. En todas hay cómodos cuartos de estar. Y ninguna tiene un cuarto de ser.
Iba pensando que en esa comida no iba a haber nada interesante, y probablemente me hayan dado las claves del siglo XXI.
Toda esa vida está muy bien, pero si me das a elegir, me quedo contigo

Me quedo contigo (Los Chunguitos – Juan Salazar )

10 comentarios:

Naty dijo...

Certera elección: permanecer siendo (porque en eso de tan sólo estar, no hay garantías)... Feliz finde ;)

arabesque dijo...

Creo que yo también me estaba despistando, y tengo que reordenar un poco la casa. Ampliar el cuarto de ser. Es necesario. Abrazos a pulmón

Iraultza dijo...

Como dice otro monstruo por ahí "prefiero la guerra contigo al invierno sin ti". Pues si, nunca tuve cuarto de estar, siempre preferí ser por toda la casa.
Abrazos siendo.

DémoNan dijo...

Me encantó esta frase: "En todas hay cómodos cuartos de estar. Y ninguna tiene un cuarto de ser".

Gracias por volver, yo también lo hago... Bonito texto... Besos...

arabesque dijo...

iraultza, tu eres sabio. Abrazos en la costa
démonan, besos para ti, y me apunto cada noche a uno de tus cuentos. Abrazos bravos.

Angie dijo...

Cuartos de ser.. me encanta, y sí, considero que es algo realmente necesario..
porque a veces, casi siempre, estamos.. pero estamos perdidos..
y yo estoy cansada de dar vueltas sin saber dónde ser realmente..

besos.. muchos.. desde mi ser.. para ti..

P.D. Nunca me gustaron los grandes lujos.. me bastan las casitas pequeñas en las que girar y girar sin descanso.. aun a riesgo de chocarme con todas sus esquinas..

Anónimo dijo...

¿Cómo ser original después de leer los "peazos" comentarios que te hacen? Va a ser que me toca a mi ser la mundana. He dado con tu blog curioseando por el "internete"y qué decirte, pues que espero que "me" dures mucho...
Rocío.

Anónimo dijo...

Yo tengo un cuartito de ser pequeñito. En él, de vez en cuando me recojo y recojo trastos. Trastos que, por mucho que recojo, a la que me doy la vuelta, otra vez andan por el suelo.
Y es que mi cuarto de ser quiere ser desordenado, por mucho que yo me empeñe en ordenar éste, mi particular caos.

Yaissa

Liška dijo...

Que bonito es pasearse por tu rincón Arabesque, encontrarse con estos guiños y sonrisas y de alguna forma intuir tus ojos en esos instantes en los que los haces tuyos. De buen seguro eres tú en tu rincón.

Mil besos de colores

arabesque dijo...

angie, me encanta sentirte, aunque , como ahora, te sienta lejos. Cuando asomas dejas frecura.
Rocío, no presumas de mundana, eso es lo que todos quisieramos ser. Una caricia de bienvenida para ti.
Yaissa, los trastos por el suelo, son la mejor huella de que realmente eres.
Circe, sí que soy yo. Por lo menos yo no veo a nadie más. Me gusta que te broten los colores ¿hay más de mil?